FX Equidistante

Hoy me preguntaron si extrañaba… A lo que yo me repregunto y contesto, si extraño… pero ¿qué? Un país podría definirse como una madre que sabe maternar a sus hijos. ¿Extraño a la madre que no sabe maternar? No lo sé. Extraño la sensación de sentirme protegida y querida, eso sí. Pero con la adultez llegan las certezas. No hay sentimientos que duren para siempre ni protecciones “bienintencionadas” que no nos corten las alas. Entonces me pregunto qué pasaría si un día dejo ir a todas esas ataduras simbólicas, psicológicas, educacionales, patriarles, como quieran llamarlas. Qué pasaría si me entrego de lleno a la aventura que emprendí hace once años y que todavía no me atrevo a disfrutar. ¿Cuál es el precio que debo pagar por conservar la insignia clavada en el pecho? Es el precio de emigrar, supongo. Aquí soy y debo ser siempre de donde provengo. Aquí me reconocen como tal, y debo flamear la banderita porque si no la flameo quedo a la deriva, entre dos barcos, sin salvavidas

Luego de la invención de la máquina y del suero de la verdad esto parece ser una total evolución al respecto y lograra esclarecer uno de los mayores problemas que aquejan a la humanidad toda.  Hoy recibí uno de los más interesantes e-mails de la semana, ¿qué digo? semana, ¿mes? O incluso del año. Si esto llega a ser verdad, se acaba el mundo, los mentirosos, los estafadores, los repulsivos dueños de la palabra engaño y de la manipulación organizada. Por tan sólo doscientos pesos argentinos… Realmente la propuesta es bastante atractiva si es que por ese valor me puedo desprender de la escoria y fantochada de los mentirosos. Por razones obvias no puedo comprar el producto –lejanía, cambio oficial y no oficial, o porque tal vez prefiera mejor aún continuar jugando al detective y descubrir las mentiras de la forma tradicional debo admitir, un simple chequeo de páginas sociales habitualmente desenmascaran al mentiroso cuya mentira tiene "usualmente" patas cortas. Pero s