Objetos de inspiración
Ya no se ni como ni cuando ni donde comencé este plasmar de sentimientos, sensaciones, sueños y esperanzas que con el tiempo se transformarían en canciones y otras ocurrencias. Tal vez hayan sido mis primeros poemas dedicados al mas grandilocuente amor adolescente o mejor aún la canción para el niño Jesús que escribí mientras iba a catecismo. Pudo haber sido también esa novela con alma de folletín que di por llamar “Rebecca” de la cual me queda sólo el recuerdo de unas hojitas muy pequeñas escritas a máquina que se extraviaron con el paso del tiempo, digamos mudanzas a casas mas grandes. Rebecca era una esclava negra que se enamoraba del hijo del patrón, quedaba embarazada de su amor prohibido y huían juntos. Aunque poco probable creo que les escribí un final feliz. En mi fulgor adolescente no podía pensar todavía en finales tristes. Supongo que las novelas brasileras de la época me habrán inspirado también a mí, y bastante. Las canciones son historias de pocos minutos sin destina