Músicas para mis sentidos
La música tiene un efecto extraordinario. Eso se dijo siempre. Pero en mi persona resulta ser tan extraordinario que subo y bajo de acuerdo a lo que escucho, me pongo de buen o mal humor. Es inevitable, preciso, increíble. Disparan mis sentidos, mis emociones, no lo puedo evitar. Y cada vez menos… Siempre evité el fanatismo pero creo que me estaré convirtiendo en una especie de fanática yo misma porque siento una especie de devoción por las formas musicales que son de mi agrado. Pocas por cierto… Hay gente que puede ir por el mundo sin escuchar música o simplemente sin elegir lo que escucha. Se conforma con encender la radio y dejarse llevar por lo que dicen los productores de moda, con letras fáciles de seguir que no los dejen pensar demasiado. ¿Qué es lo que hay que escuchar? ¿qué es lo que hay que mirar? ¿Qué es lo que hay que usar? Las caras bonitas de la tele moviendo boquitas o haciendo movimientos sensualoides parecen tener la respuesta para todo. Antes me parecía aberrant