Buscame, yo te encuentro…
Ya se, no descubrí nada nuevo. Buscar gente del pasado es un pasatiempos al que creo prácticamente nadie puede escapar. Compañeros, amigos de la lejana infancia, novios y conocidos. ¿Que habrá sido de la vida de tal? ¿Qué estará haciendo?
Busqué a algunos y otros me buscaron. Es el vicio de internet, y la facilidad de encontrar a tanta gente no deja de sorprenderme además de conocer detalles de sus vidas y obras, sus cambios radicales o la persistencia en el mismo camino en que supe conocerlos.
Entonces me pregunto si esto es bueno o malo, si realmente hay necesidad de saber que fue de la vida de… y de entrar en contacto nuevamente con aquellos con quienes por alguna razón dejamos de vernos. Por si fuera poco, no sólo entrar en contacto sino vivir minuto a minuto su vida diaria, sus actualizaciones de frases, blogs, nacimientos, despedidas, vacaciones, noviazgos, triunfos, fracasos…
Antes –y cuando digo antes no me refiero a tantos años, sino a unos diez como mucho- era prácticamente imposible conseguir hasta un teléfono. Ahora nuestras vidas se exhiben gratuitamente en internet para quien quiera conocerlas.
Es cierto, tal vez debiera aceptar calladita lo que nos ofrece hoy en día este exceso de comunicación pero no es mi estilo y por otro lado hay algo dentro mío que se resiste, como si no estuviera del todo “bien”.
No sería mejor quedarnos con la ilusión de aquella personita de quince, veinte o treinta?
No se si estoy preparada …pero reconozco que nada me da mas alegría que alguien querido de mi pasado me contacte. Como si surgieran ganas de recuperar algo perdido en el tiempo, una amistad por ejemplo, o esa conversación que debimos tener pero con la sabiduría que nos dieron los años.
El tiempo no puede borrarse y las experiencias no compartidas son muchas, pero por otro lado está ese momento – tal vez idealizado- de nuestra historia que nos relaciona de alguna forma.
Me gusta cuando encuentro gente que creció en sabiduría con los años, gente con la que se puede tener conversaciones interesantes y que prosperó en sus ideales. Cuando encuentro gente con quien volver a reírme y no dejar de sorprenderme.
Cuando otros encuentran en mí a alguien que también creció y en quien confiar.
Buscame, yo te encuentro…
Busqué a algunos y otros me buscaron. Es el vicio de internet, y la facilidad de encontrar a tanta gente no deja de sorprenderme además de conocer detalles de sus vidas y obras, sus cambios radicales o la persistencia en el mismo camino en que supe conocerlos.
Entonces me pregunto si esto es bueno o malo, si realmente hay necesidad de saber que fue de la vida de… y de entrar en contacto nuevamente con aquellos con quienes por alguna razón dejamos de vernos. Por si fuera poco, no sólo entrar en contacto sino vivir minuto a minuto su vida diaria, sus actualizaciones de frases, blogs, nacimientos, despedidas, vacaciones, noviazgos, triunfos, fracasos…
Antes –y cuando digo antes no me refiero a tantos años, sino a unos diez como mucho- era prácticamente imposible conseguir hasta un teléfono. Ahora nuestras vidas se exhiben gratuitamente en internet para quien quiera conocerlas.
Es cierto, tal vez debiera aceptar calladita lo que nos ofrece hoy en día este exceso de comunicación pero no es mi estilo y por otro lado hay algo dentro mío que se resiste, como si no estuviera del todo “bien”.
No sería mejor quedarnos con la ilusión de aquella personita de quince, veinte o treinta?
No se si estoy preparada …pero reconozco que nada me da mas alegría que alguien querido de mi pasado me contacte. Como si surgieran ganas de recuperar algo perdido en el tiempo, una amistad por ejemplo, o esa conversación que debimos tener pero con la sabiduría que nos dieron los años.
El tiempo no puede borrarse y las experiencias no compartidas son muchas, pero por otro lado está ese momento – tal vez idealizado- de nuestra historia que nos relaciona de alguna forma.
Me gusta cuando encuentro gente que creció en sabiduría con los años, gente con la que se puede tener conversaciones interesantes y que prosperó en sus ideales. Cuando encuentro gente con quien volver a reírme y no dejar de sorprenderme.
Cuando otros encuentran en mí a alguien que también creció y en quien confiar.
Buscame, yo te encuentro…
Comments
Post a Comment