De imaginarme el paraíso...

Siempre me gustaron los espacios abiertos, los verdes -tal vez- recuerdo de los llanos donde pasé mi niñez.

Hoy lejos, en Londres, los campos no son campos, se llaman parques de la reina y son mucho mas civilizados. Llenos de florcitas, tulipanes, lagos con patitos y cisnes cual postal de libro de cuentos. De imaginarme el paraíso probablemente esa sería la estampa que primero me vendría a la mente. También hay de los otros, un poco más salvajes, con ciervos tornasolados corriendo alrededor de los árboles o durmiendo echados al sol… Estos parques pseudo salvajes tienen rincones sorprendentes donde últimamente disfruto de mi música. Si llegan a pasar cerca y escuchan una voz conocida no están soñando, puede que los sorprenda cantando en las hierbas de algún parque del que me haya enamorado esta estación…

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