Sentar cabeza


Hoy tuve uno de esos días de aburrimiento extremo que suelo padecer bastante seguido… Así que decido dar una vuelta en auto para ver la puesta del sol en Richmond mientras retomo la cuestión del manejo que tengo olvidada desde hace un par de meses. No fue fácil acostumbrarme al lado izquierdo, pero es un logro que me debo reconocer. Costaron unos cuantos años de adaptación como peatón en primer lugar y una resistencia extrema a olvidarme todo lo aprendido cuando manejaba por el otro lado. Para una persona que no distingue la izquierda de la derecha es bastante mérito. Los caminos se bifurcan, mis pensamientos son grandes y tal vez mis ganas de perderme también... Salí de casa pensando en sentar cabeza. Es un tema que me viene dando vueltas hace rato y me mortifica muchas veces.
Sentar cabeza he ahí la cuestión.

Yo no quiero sentar cabeza, nunca quise...

Cuando a los 8 años la señorita Raquel –pequeña y feroz- me puso una nota de mala conducta –por hablar en clase- y me mandó a devolver el sello a dirección decidí sellar toda la escalera en señal de protesta... Total quien se daría cuenta. Fue ahí donde me convencieron obligadamente a que debía sentar cabeza, tenia que crecer y callarme la boca de una vez por todas. Entonces me transformé en una nenita tímida que se dedicaba solamente a sacar 10 en todas las pruebas. Y de hablar me olvidé por unos cuantos años...

“Joven cállate la boca y sigue las premisas” parecía decir en cada lugar que pisaba, en cada pizarrón que leía, en cada aula a la que entraba, en cada casa a la que me invitaban...

Sentar cabeza, ser un profesional, comprar tu casa, casarte, tener hijos. Todo parece estar establecido en la vida del ser humano, son como los casilleros del juego de la oca que uno debe transitar para no sentirse un fracaso ante si mismo y ante los demás que a su vez también van desesperados tratando de no saltarse ninguna de las etapas.

Pero ojo de hacer las etapas a destiempo, o querer saltarse alguna. Eso es visto como trampa, truco, mula, y automáticamente se pierde derecho al titulo de “centrado en la vida”, “adulto” y “ejemplo para los otros”. Para esos atrevidos no hay perdón, son los perdedores, los que no sientan cabeza. Los que emigran por ejemplo porque no supieron soportar igual que los que se quedaron los avatares del destino, porque abandonaron el barco cuando se estaba hundiendo.

De todos modos siendo inmigrante hay un juego de la oca versión extra que incluye los casilleros “desafíe su ingenio y triunfe a toda costa” que se debe cumplir a rajatablas. Comprar una casa con una hipoteca por el resto de su vida, casarse con un local, tener hijos que no hablen su idioma y olvidarse de su madre patria con el bonus de regresar a su país lleno de euros siendo empresario exitoso para terminar de destrozar eficazmente el imaginario colectivo.

Personalmente decidí saltarme algunos casilleros –hice trampa!- cambié de profesión pudiendo haber tenido un agradable y próspero pasar con mi carrera universitaria decidí entregarme a la ruleta de la música solo para ser un poco mas fiel a mi misma, tener un solo hijo cuando quise y no escuchar quienes “bondadosamente” aconsejan que me siga llenando de retoños., alquilar una casa en vez de comprar, y no poner la suficiente constancia en cada uno de los miles de proyectos que encaro.

No es casualidad que la mayoría de mis relaciones afectivas y amigos, nunca hayan sentado cabeza en ese sentido tampoco. Admiro a ese pequeño grupo de seres que se resisten a ser como los otros y se juegan a ser auténticos.

Cuanto molesta no atarse a los estatutos a los que todos deberían suscribirse?
No me digan doctora ni me vendan un trajecito total no lo voy a usar.


Comments

  1. Querida Silvia:

    Creo q es la primera vez q pongo un comentario en un blog así q espero habler clicado bien y q el estilo sea el correcto.

    Gracias por haberme notificado es tu blog.
    Como yo también debo necesitar "sentar cabeza", empecé por este artículo q no es el primero ni el último. Me encantó! y no solo eso, sino q coincido totalmente contigo, además de q yo tampoco distingo la derecha de la izquierda cuando manejo.

    La mayoría de las veces pienso q la gente abre la boca y lanza sus frases (a veces con la mejor intención posible) por que hablar es gratis. Pero como podemos decir q tal o cual cosa es buena o mala para otro, si apenas sabemos q es lo q es bueno o malo para nosotros. Aunque algo haya sido bueno o malo para uno, también depende del momento en q uno lo vivió y la suerte o circumstancias q hicieron q ello fuera un logro o un fracaso.

    Hoy puedo decir q hay muchas cosas q viví q sirvieron en su momento, pero q si hoy tuviera q volverlas a repetir seguramente las cambiaría, borraría, les pintaría mas flores o las enmarcaría en dorado.

    Anyway, como dice la desiderata "esfuérzate en ser feliz". La felicidad, es algo por lo q vale la pena luchar, cada cual sabe adentro suyo cual es la llave q le abre las puertas a un mundo mejor q existe aunque no siempre podamos verlo.

    Te mando un beso enoRme,
    Alejandra

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  2. Gracias Alejandra. Ahora que dificil es encontrar la llave... o saber verla.

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  3. Silvia
    Te aplaudo por haberte dedicado a lo que te gusta y no a lo que “estudiaste” o a lo que “tenés” que ser porque es más predecible, más rentable, más “lo que sea”.
    Yo tambien pateé el tablero hace un par de años más o menos y decidí dedicarme de lleno a mi vocacion: la cocina. Y nunca fui más feliz…
    En cuanto a “sentar cabeza”… es todo un tema. Yo tampoco termino de hacerlo y me entraron serias dudas de querer hacerlo acá. Da para largo pero si en algun momento nos encontramos te lo cuento (si no te mato de aburrimiento!)

    Gabriela

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  4. Todavía sigo buscando a mi manada... No pierdo esperanzas de encontrarla algún día...
    Gracias por leerme,
    Silvia

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